Hola, soy Carmen y, por extraño que parezca, la energía que desprenden mis manos ha ayudado a mucha gente a sanar lesiones y mejorar su estado físico, emocional y mental.
Todo empezó antes de que yo naciera. En mi familia se contaban historias sobre mi abuela materna, que si en el pueblo la buscaban cuando había algún enfermo para que lo curara, que si curó a su hijo, al que los médicos ya habían desahuciado, etc., etc., etc.. Dicen que era una mujer especial y, al parecer, yo traje algo de eso conmigo.
En mis cerca de 30 años de recorrido o investigación espiritual y serio compromiso con mi crecimiento personal, en los que me formé en Psicoterapia, diversos tipos de masaje, Reiki, Bioenergética, Rebirthing, Meditación, etc., además de varios viajes siempre enfocados en la búsqueda espiritual, casi un año en India, seis meses en Australia, diferentes Caminos de Santiago, Shasta, Hawaii, entre otras interesantes y nutritivas convivencias con otras culturas y filosofías, me he encontrado en innumerables ocasiones con personas que tenían algún tipo de dolencia física que han mejorado tras recibir mis tratamientos, incluso en casos en los que la dolencia no era física (ansiedad, depresión, desánimo, duelos, bloqueos emocionales, etc.) también mejoraron su estado en general.
Por otro lado, he tenido experiencias propias relacionadas con el dolor, lumbalgias, esguinces… seguramente como todo el mundo, y en la mayoría de los casos, mis manos también me han ayudado a mejorar o incluso sanar rápidamente, también la vida me ha dado la oportunidad de acompañar a seres queridos con dolores crónicos, sé lo que sufren, sé lo que es ilusionarse con probar un tratamiento nuevo y que, en el mejor de los casos, te deje igual que estabas, y en el peor, te deje peor de lo que estabas. Y, son todas estas experiencias alrededor del dolor las que me han llevado a tratar de ayudar a las personas que los sufren a curarlos o aliviarlos, en la medida de lo posible, haciendo todo lo que esté “en mis manos”.